Beber agua es siempre una buena opción para nuestra boca y para nuestro organismo. Nuestro cuerpo en edad adulta está compuesto en un 65% de agua, por lo que estar hidratado nos ayuda a eliminar las toxinas y a distribuir bien los nutrientes. Esta agua se encuentra en el interior de las células, circulando por la sangre y bañando los tejidos. Consumir líquidos es algo imprescindible para nuestra existencia, de hecho no podemos estar más de cinco o seis días sin beber porque pondríamos en riesgo nuestra vida.
Lo idóneo es beber entre 2 litros y 3,5 litros de agua al día, a este consumo de líquido se le tiene que sumar el que ya tienen ciertos alimentos de por sí y otras bebidas que podamos tomar a lo largo del día.
Beneficios orales de consumir agua de forma habitual:
– El agua nos ayuda a limpiar nuestra boca eliminando los restos de alimentos que puedan quedarse retenidos en los dientes.
– Diluye la presencia de ácidos, aportados por otras bebidas o alimentos, y bacterias causantes de la caries.
– Nos ayuda a combatir la sequedad oral, debido a que estimula la salivación y nos favorece a mantener un flujo de saliva saludable. La saliva nos ayuda a mantener un pH neutro en la boca evitando la desmineralización del esmalte dental y la acumulación de sarro que se produce con un pH básico.
– Ayuda a prevenir el mal aliento, ya que ayuda a la digestión de las bacterias.
– Ayuda a la digestión debido a que el agua se encarga de diluir los nutrientes de los alimentos.
– Ayuda a que no se acumule tanta placa.
– Fortalece los dientes y las encías.
Debemos evitar consumir aguas con saborizantes ya que pueden tener azucares añadidos que contrarrestarían los beneficios expuestos anteriormente por el consumo de agua.